QUIERO
que sepas
una
cosa.
Tú
sabes cómo es esto:
si
miro
la
luna de cristal, la rama roja
del
lento otoño en mi ventana,
si
toco
junto
al fuego
la
impalpable ceniza
o
el arrugado cuerpo de la leña,
todo
me lleva a ti,
como
si todo lo que existe,
aromas,
luz, metales,
fueran
pequeños barcos que navegan
hacia
las islas tuyas que me aguardan.
Ahora
bien,
si
poco a poco dejas de quererme
dejaré
de quererte poco a poco.
Si
de pronto
me
olvidas
no
me busques,
que
ya te habré olvidado.
Si
consideras largo y loco
el
viento de banderas
que
pasa por mi vida
y
te decides
a
dejarme a la orilla
del
corazón en que tengo raíces,
piensa
que
en ese día,
a
esa hora
levantaré
los brazos
y
saldrán mis raíces
a
buscar otra tierra.
Pero
si
cada día,
cada
hora
sientes
que a mí estás destinado
con
dulzura implacable.
Si
cada día sube
una
flor a tus labios a buscarme,
ay
amor mío, ay mío,
en
mí todo ese fuego se repite,
en
mí nada se apaga ni se olvida,
mi
amor se nutre de tu amor, amado,
y
mientras vivas estará en tus brazos
sin
salir de los míos.
Pablo
Neruda
Elegí este poema porque
creo que a todos nos recuerda lo mucho que podemos amar a alguien, puede ser
con tanta intensidad que todo te recuerda a esa persona y puede ser tan débil
que cuando te dice que se tiene que ir de tú lado te separas de esta persona
sin ningún problema, como si su estadía junto a ti solo hubiera sido por un
tiempo, tiempo de espera para el verdadero amor. Aunque cabe resaltar que tal
vez se refería a que si lo amas tanto querrás que sea feliz, inclusive sin ti.
Cuento:
“Esta mañana arrojé el
diario contra la pared. No estoy segura de por qué lo hice. Antes pensaba que
los periódicos se centraban en las tragedias, pero ahora sé que lo único que
les atrae es la violencia, que la muerte sin ella no interesa, por más que sea
colectiva y te deje sola, que es la tragedia más grande que hay”. Así comenzaba
el diario personal de Eriel, el que durante una década estuvo a la venta en una
feria callejera de objetos usados, el que nadie compró al ojear sus primeras páginas
y el que hace dos semanas fue adquirido por la Reina Sofía al conocer el
contenido de todas las demás.
Cabe puntualizar que las
notas no eran registradas con fechas, pero dicho documento adquiere la
categoría de diario, y no de libro de apuntes, porque Eriel, cada vez que
escribía, señalaba si era un lunes, jueves o sábado; envolviendo una historia
lineal en una secuencia circular de días de la semana. Sin embargo, por los
datos registrados y las averiguaciones realizadas por la actual institución propietaria,
se estima que las vivencias descritas transcurrieron entre 1974 y 1979.
Un viernes en el que Eriel
cayó en una de sus recurrentes depresiones, fue socorrida por un débil recuerdo
extraído de su infancia, cuando sus padres le aplacaban sus ganas de ser mayor,
cantándole:
“Si de verdad quieres
crecer y no envejecer
Nunca vayas deprisa ni
tampoco lento
el secreto es ir a la
inversa del tiempo
pero nunca deprisa ni
tampoco lento
sólo hay que ir a la
velocidad del tiempo
para así comenzar a crecer
y no envejecer
El que acelera el paso
descubre la nostalgia
el que se queda en el
momento se queda
mas el que decide crecer
conservando al niño
avanza hacia atrás
recuperando su inicio
y los recuerdos que
traspasan el ombligo (bis)…”.
Cuando era niña no le prestaba
mucha atención a la letra, sólo se dejaba llevar por la melodía que la hacía
sentir arropada por un hogar. Recordaba algo más que la voz cálida de sus
padres, recordaba cada uno de los instrumentos que armonizaban la letra; y,
envuelta en esas sensaciones, comenzó a sentirse bien, verdaderamente bien. Era
como si el recuerdo pasara a ser un presente que la introducía en un espacio
donde la tristeza y la rabia estaban prohibidas. No obstante, el hambre y luego
el sueño la sacaron de su burbuja, pero la sonrisa se quedó en su rostro.
A la mañana siguiente,
Eriel se despertó con la firme idea de conseguir esa canción –cruzada que marcó
el interés del museo por el diario–. Recorrió todas las discográficas de su
ciudad sin éxito, y tampoco lo tuvo al preguntarle a sus amigos y conocidos. A
raíz de eso, dejó su trabajo, cogió una mochila y recorrió todos los países
hispanohablantes durante unos cuatro años.
Debido al desconocimiento
de los entendidos, y no entendidos, decidió preguntarle a cualquier desconocido
si le sonaba esa canción (Eriel estaba segura de que no era una canción
inventada por sus padres, porque recordaba con claridad la música, y ellos no
sabían tocar ningún instrumento ni mucho menos componer). Así que Eriel ingenió
muchas formas para llegar a la gente y otras tantas para conseguir
financiación, que fueron narradas hasta la penúltima página del diario.
Coordinó una serie de obras con el Teatro de los Andes para adentrarse en
decenas de comunidades recónditas, convenció a Alberto Spinetta y a Mercedes
Sosa para realizar actuaciones en varias ciudades y pueblos de Argentina… y
montó un centenar de acciones con actores callejeros y músicos de 18 países.
Pero ninguna persona le dio lo que buscaba.
Al terminar su diario, en
el lunes final, Eriel escribió: “Convencida de que yo era quien le había puesto
instrumentos a esa canción familiar, decidí irme a cualquier parte. Estiré la
mano y un autobús amarillo se detuvo. Había un asiento vacío junto a la
ventana, al lado de un niño que llevaba un mandil con el nombre Gonzalo bordado
en el pecho. El bus comenzó a moverse mientras yo no podía retener las lágrimas
de impotencia, de fracaso. Traté de animarme para no llamar la atención y por
manía comencé a tararear la melodía de mi canción. Y ese niño, Gonzalo, comenzó
a cantar, y le siguió un joven canoso, y después un hombre muy arrugado que
estaba delante, y siguieron todos los demás, hasta el chofer. Era hermoso
escucharlos…
El que acelera el paso
descubre la nostalgia
el que se queda en el
momento se queda
mas el que decide crecer
conservando al niño
avanza hacia atrás
recuperando su inicio
y los recuerdos que
traspasan el ombligo
Si de verdad quieres crecer
y no envejecer
recuerda que el juego es el
principio de todo
y recuerda que ser parte es
el único modo
pero es necesario que
recuerdes ante todo
que sin arrugas nunca
encontrarás el modo
de retomar las huellas para
no envejecer…
Y mientras los escuchaba, me di cuenta de que
el bus avanzaba marcha atrás”.
Ensayo:
Pedro Paramo el hombre con
más poder de todo el lugar, y con un corazón lleno de rabia y ganas de
venganza, por supuesto con todo lo que se necesita para conseguir cualquier
objetivo que se ponga.
Lo único que importa en la
vida es tener todo eso que uno quiere aunque muchas veces no nos demos cuenta o
ni siquiera tengamos idea de lo que es, así que no pongamos odio en nuestros
corazones, y menos un odio que no nos corresponde, no cometamos errores como
los de Pedro Paramo, porque sus errores son de esos incorregibles, que dejan
marcada tu vida y no te dejan vivir en paz.
A mi parecer la película,
es muy buena interpretación de una vida, que nos da una historia y de ella nace
toda una posibilidad de sentimientos; así como desde suspenso hasta amor del de verdad y el
más pasional que puede haber.
Mira el poema es muy bueno, me recuerda con tanta alegria el amor que llegue a sentir por una persona, siento que el autor tiene mucho talento pero me encantaria leer uno escrito por ti.
ResponderEliminarFlores Delgado Daniel Isaac 2.3 T/M
El cuento esta bueno, pero sigo diciendo me encantaria que escribieras algo desde tu corazon y que me permitas conocer tus sentimientos en un escrito tuyo, no pienses que no me gusto esta bueno el cuento, y si lo escribiste tu, eres muy buena.
Flores Delgado Daniel Isaac 2.3 T/M