martes, 5 de marzo de 2013

BASILIA

BASILIA
Esta era una vez una señora llamada Basilia que era pobre pero también perezosa siempre andaba pidiendo algo para comer y la gente se lo daba un día se encontró con doña prudencia y esto fue lo que paso:
-       ¡Buenos días,  doña Prudencia!
-       Buenos,  Basilia, ¿qué se te ofrece?
-       ¿Podría regalarme unas calabacitas?,  me estoy muriendo de hambre.
-       No Basilia, sólo me quedaron las que necesito para mi familia.
-       Nomás regáleme unas poquitas.  Se lo agradeceré mucho.
-       Está bien.  Si me ayudas a barrer el patio te las daré.
-       Gracias, doña Prudencia, mejor regreso otro día.
-       Pues, ¿no que te estás muriendo de hambre?
-       Sí, pero también tengo sueño.  ¡Adiós, señora!
Doña prudencia se molestó así que le dijo a todos los del pueblo que ya no le dieran la comida sin nada a cambio y que antes de hacerlo mejor le den un buen trabajo y ahí se vería el interés de sobrevivir y ser alguien productivo.
Basilia al ver que nadie le daba comida gratis ya no soportaba el hambre ni los sermones que le daban así que decidió pedir un trabajo haciéndole mandados a la gente del pueblo en especial cuidando niños.

¡FIN!
Jocelyn Sandoval Hernandez 2°3   T/M

1 comentario:

  1. Muy interesante tu cuento, pero como que te falto más detallar la historia…
    *Lizbeth Santillán González

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